mandriva 2007 spring kde beryl

En mi vida he instalado un Linux para mi mismo cuatro veces. La primera fue en 1995 una Red Hat, creo que 4.algo, que borré asqueado al poco tiempo, víctima del RPM hell cuando fui a actualizar algunos paquetes. Un poco después, en 1996, hice mi segunda instalación, en aquella ocasión fue una Debian buzz. Esta me gustó mucho más, por su organización de paquetes más lógica y su flexibilidad.

El problema es que ocho años después, en 2004, la Debian no había cambiado mucho ni se había adaptado mucho a los tiempos ni en herramientas de configuración sencillas ni en gestión de cacharros USB ni en otras muchas cosas, así que después de pasarme una tarde intentando instalar un maldito scanner, borré la Debian (conservando mi directorio de usuario) e instalé una Mandrake 9.1. La Mandrake me gustó enseguida pues contaba con todo aquello que tenía Debian (una buena comunidad, un excelente gestor de paquetes) y además contaba con Drakconf para configurar el sistema fácilmente, además de no tener tantísimos problemas con el hardware como Debian. El scanner funcionó sólo con enchufarlo. Me juré no volver a usar Debian o derivadas (como la famosa Ubuntu de ahora, totalmente carente de herramientas avanzadas de configuración, pero que la masa borreguil se instala en manada debido a que es la mda.)

Hoy, tres años después, mi Mandrake empezaba a oler, carecía de el gestor de efectos “espaciales” Beryl (este no me funcionaba ni instalando los paquetes), se le atragantaba el bluetooth, me tardaba mucho en arrancar y lo hacía con mil warnings por toda la morralla acumulada que tenía después de tanto tiempo actualizándola. Además estaba actualizando a Cooker, la versión inestable de Mandriva, y se notaba. Así que decidí que, por cuarta vez, iba a reinstalar el Linux, aunque en esta ocasión iba a seguir con la misma distribución, Mandriva (el nombre cambió en algún punto entre estas dos instalaciones debido a un juicio por la marca registrada Mandrake y la fusión con Conectiva.)

Hice una copia de seguridad de mi directorio de usuario (ese ha sido el mismo desde 1996) y mis scripts, imprimí la lista de paquetes instalados para rescatar con posterioridad los que me interesasen y me bajé la Mandriva 2007 Spring One. La arranqué en Live y tras probar los alucinantes efectos y que me funcionaba absolutamente todo Vi Que Aquello Era Bueno y usé la opción de instalar a disco. Tras una cortísima instalación, y un menos corto proceso de restauración de mis datos en la nueva distro y adaptación de algunas opciones del nuevo entorno gráfico: Señores, ¡Beryl!

(pincha en las imágenes para ampliarlas.)

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