Cuando una persona denuncia a un maltratador cobarde de sus pobres animales llamado Juan Lado (deberia llamarse Juan la Inteligencia me dejo de Lado) que maltrata a sus perros a palos y encima lo reconoce sin ningún atisbo de vergüenza (es decir, es un sinvergüenza), consiguiendo que al neanderthal se le condene con la ridícula multa de 6000 euros y después la persona civilizada que ha denunciado ve sus perros envenenados, se ve agredido, insultado y amenazado por los vecinos, tenemos una clara definición para ellos.
Los vecinos de Ribeira (La Coruña) que no dejan vivir en paz a una persona civilizada y sensible llamada Federico Real por tener la humanidad que a ellos nunca les tocó son claramente una panda de garrulos subdesarrollados: la noticia.